viernes, agosto 22, 2008

EL VIAJE

Ya son 2 semanas desde que llegue a esta porción de tierra que ha sido mi hogar desde el primer dia que nací, al cual extrañaba: Su gente, su cultura, su comida, Mi gente, mi cultura y mi comida.
Mi última semana en gringolandia fue memorable, un par de ecuatorianas se encargaron de que fuera asi, con ayuda de un par de amigos franceses, turcos y taiwaneses.Esa semana para mi fue como un día, no dormí mas de 3 horas seguidas.
El día lunes, con Andre tenía planeado ir a la ciudad de los vientos en tren, a pasear, a vivir a respirar por última ves ese aire de ciudad gringa, ese aire lleno de matices. Pero empezando desde ahi, me llamaron a decir que debía ir a la oficina de Seguridad social, por que mi tarjeta todavia no aparecía, y nunca apareció, creo que estaba destinada a no estar en mis hermosas manos. Como no tenia que hacer, fui al centro comercial a comprar unas cuantas cosas y encargos que tenía que traer.
El día martes fui a pasear en el parque, a visitar a todos los que se fueron convirtiendo en mis amigos por la convivencia diaria, a subirme en las montañas rusas, y jugar con algunos, (y ver uno que otro interes que tenia por ahi).
El día miércoles tenía que trabajar, pero las taiwanesas tenían un plan bajo la manga.....como sabían que su cultura me gustaba mucho, me propusieron ir a un bufet de comida japonesa al dia siguiente, que como buena ecuatoriana no pude rechazar. Pero para ello debía quedarme a dormir en la otra residencia donde estaban la mayoría de los ecuatorianos, al verme allí, se armó la farra, bielas, ron, (aunque extrañaba mi cervecita pilsener), copas van copas vienen, poco a poco fueron cayendo. Me quedé allí hasta las 4:30 de la mañana momento en el que dije no más... y me fui a dormir.
El jueves fue un día de dolor de cabeza, pero pasó el rato del bufet, las chicas se quedaron admiradas de mi habilidad al usar los palillos al comer el arroz, ya que muchos solo sabían utilizarlos para comer sushi. Una comida de los dioses. Lo que no sabian ellas era que tenia que entrar al trabajo a las 11am y era la 1pm. Y era la última noche de rides, es decir solo los trabajadores del parque nos podíamos hacer los juegos, pase con un gran grupo de amigos. La Noche de rides terminó a la 1am. Una amiga fue a dormir en mi residencia, nos quedamos charlando con los demás como hasta las 3 de la mañana.
El día viernes también fue día de trabajo, a la tarde se fue poniendo mas triste pues eran los últimos días de varios de los ecuatorianos y colombianos que trabajaban conmigo. De vuelta a la residencia, había la fiesta de despedida de los franceses.
Fue muy gracioso verlos algunos con mucha pena y con unas cuantas copas encima, pero como repetí todo el tiempo.. eran franceses. Esa noche tuve una de las charlas mas tristes y existenciales que he tenido, tanto que me fui a dormir a las 7am.
Sábado: Trabajo... quien dijo no voy! Este pechito.... me fui a la playa, y me acosté cual lagartija al sol. Hubo el expectáculo chicago air and water show, hubo muchísima gente en la playa.
Ya llegando a Buckley, Marion (francesa) nos propone ir a un club en Chicago, idea que fue aprobada por decisión unánime, Bailamos hasta las 5am que cerraron el club. El problema era que el primer tren de regreso a nuestro destino salía a las 9:45am. Fuimos a comer en mc donalds y esperar a que amanezca para poder tomar un bus y echarnos en la playa hasta que sea la hora de ir a la estación.
Ese domingo tambíen llegué tarde al trabajo, y me dieron una amonestación, a la cual respondí diciendo.... JA! ya me voy! Hoy es mi último día en su odioso trabajo!. Despedida con mis amigas del trabajo un poco triste la verdad.
Lunes volví a Chicago para despedirme de esa ciudad, con sus rascacielos, sus taxistas hindúes, sus turistas, su alerta de tornado. Esa ciudad que me dejó sin aliento, que me dejo recorrer sus calles como si fueran el contorno de una escultura, que me enseñó que los americanos están locos y que hay de todo en todo lado.
Esa noche estuvo llena de altibajos, personas que no creí que se sentirían así de mal por verme partir, personas que me desearon lo mejor y que me hicieron prometer que iría a visitarlos en su país, que no me faltaría nada, que su casa era mi casa.
Y de esas mujeres que siempre estuvieron a mi lado, apoyándome, y sacándome de quicio.
Muchas gracias.... una experiencia inolvidable!

3 comentarios:

Di dijo...

al principio es duro, luego les empiezas a extrañar...

Di dijo...

cierto, rodilla: algo con los meñiscos... ni yo entendí q mismo era... no se rompieron, solo se maltrataron... ahorita ya esoty bien

Unknown dijo...

animo querida mia. Lo mas importante del viaje es el regreso